Precisiones de la sombra
A
veces dios va dejando charcos
con los que se despide
verticalmente
de
los hombres.
Nostalgias
del mar que aquí no recordamos.
Mirada
neutra de una lluvia
que
no hicimos caer encima nuestro.
Y ese
lenguaje nítido que no entendemos
–honduras
de una luz imprecisa,
espejos
en los que nadie quiere ver su rostro–
es
ahora la palabra de un sólido desastre
que
nos llena el corazón de nada,
–un
cordero empapado
tiritando
en la reja de los huesos.
(Y el
polo también es un enorme bache
donde
los osos polares deletrean la desgracia:
la
difícil alba de quedarse a medio mar
en un
naufragio de hielo solitario
–estado
sólido de una luz que se derrumba)
Toda lluvia
de hoy es un diluvio,
una
daga que detiene la alegría en los cristales.
A
dios se le acabó la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario