En la mira
¿En qué
página,
en qué
pared,
en qué
palma de la mano
escribiré
sobre el poder?
Voy a
decir que su ejercicio permanente
es como
aquella espuma catingosa
nacido
de los turbios negocios
del
agua estancada.
Voy a
hablar de la academia de la corrupción
y la
maestría o el doctorado
de las
manos sucias.
Y
también de las células pensantes
y su
metamorfosis en microbios
que
abrevan en su charco respectivo
de
veneno.
El
ansia de ser cúspide
y
codearse con los lados accesibles
de lo
infinito,
se
vuelve indomeñable,
droga
que en el cerebro de su víctima
hace su
mejor plantación
de
amapolas .
En
veces hasta luce el poderoso 21
ademanes
de Dios,
aunque
tenga de pronto
que
morderse las uñas
de su
cetro.
O
llenar de almohadones
el
trono inconfortable.
Dadme
un hombre capaz
de
renunciare al poder
para
ponerlo en el centro de mi corazón,
para
volverlo el héroe legendario
que
hizo de la excepción
la
vergüenza de la regla.
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