sábado, 19 de mayo de 2018

CINZIA MARULLI





Relato



Subí a la montaña más alta
porque quería volar
el viento estaba suave y debajo de mí las tierras salvajes
me esperaban ‒ verdes y grávidas
me puse al borde del precipicio
esperando que me crecieran las alas
estuve allí
hasta que el pelo se me puso blanco
pero las alas no habían crecido aún
luego dejé de esperar
y me lancé al vacío con los brazos abiertos
y los ojos cerrados
en ese momento todos mis sueños se estremecieron
alarmados  se esforzaron mucho
se transformaron ellos mismos en alas
y me llevaron lejos hasta rozar las briznas
de las hierbas
luego se fueron haciéndome caer
al centro del gran lago.

El agua me acogió trasparente y virgen
y en ella lavé mi dolor.


De: “Las mantas de Dios”



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