19.
Labios
de rubí con hileras de perlas,
ojos como flechas aguzadas,
bellas mejillas cual rosas encarnadas,
rostro sembrado de jardines del Edén,
moldeado sobre gentil tallo de bedelio,
en tálamo fiel criado,
bien guardado; así son los males de su amor
en el corazón del amante, enfermedad sin cura;
con fuego de pasión le sacia de amarguras,
le escancia al ausentarse veneno de serpiente.
Te conjuro, ¡príncipe de la belleza!
¡mi preciosa gacela!: aleja los pesares
esta noche mía, con tu compañía reúne
un tropel de delicias para el pobre corazón doliente.
ojos como flechas aguzadas,
bellas mejillas cual rosas encarnadas,
rostro sembrado de jardines del Edén,
moldeado sobre gentil tallo de bedelio,
en tálamo fiel criado,
bien guardado; así son los males de su amor
en el corazón del amante, enfermedad sin cura;
con fuego de pasión le sacia de amarguras,
le escancia al ausentarse veneno de serpiente.
Te conjuro, ¡príncipe de la belleza!
¡mi preciosa gacela!: aleja los pesares
esta noche mía, con tu compañía reúne
un tropel de delicias para el pobre corazón doliente.
De: "Poemas de amor y vino"
Version de Xabier Kintana
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