El Prado
y yo, la tarde y el museo,
esperaremos con el alma en vilo
donde Velásquez sueña y, a su asilo,
los pájaros de otoño y mi deseo.
esperaremos con el alma en vilo
donde Velásquez sueña y, a su asilo,
los pájaros de otoño y mi deseo.
Contará
el corazón cada gorjeo
y el agua que en las fuentes, hilo a hilo,
desmadeja un Neptuno en paz, tranquilo
tenedor de esperanza en el paseo.
y el agua que en las fuentes, hilo a hilo,
desmadeja un Neptuno en paz, tranquilo
tenedor de esperanza en el paseo.
Te
esperaré cuando la tarde apoya
sus últimos desmayos sobre un goya
de piedra ya, pues no alcanzo a mirarte.
sus últimos desmayos sobre un goya
de piedra ya, pues no alcanzo a mirarte.
Y hasta
que llegues tú, de trecho en trecho,
yo me pondré la mano sobre el pecho,
que estallará de amor por esperarte.
yo me pondré la mano sobre el pecho,
que estallará de amor por esperarte.
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