Buena fortuna y fortuna
Odor della feminità
Suelo
hacer la carrera, cuando acompaña el día,
Para la viandante que con gesto vencedor,
Quiera hilar a cruceta, asuso su sombrilla,
Un guiño de mi niña, la piel del corazón…
Para la viandante que con gesto vencedor,
Quiera hilar a cruceta, asuso su sombrilla,
Un guiño de mi niña, la piel del corazón…
Alegre
–¡sin exceso!– me siento, hay que vivir:
Para engañar el hambre, se emborracha el mendigo.
Para engañar el hambre, se emborracha el mendigo.
Un buen
día –¡qué oficio!– hacía, de este modo,
Mi crucero. –¡Qué oficio!… – Al fin, ella pasó.
–Ella ¿quién?– ¡La viandante! ¡Ella, con su sombrilla!
Lacayo de verdugo, la rocé… –pero ella
Mi crucero. –¡Qué oficio!… – Al fin, ella pasó.
–Ella ¿quién?– ¡La viandante! ¡Ella, con su sombrilla!
Lacayo de verdugo, la rocé… –pero ella
Me miró
desde arriba, sonrió por lo bajo,
Y… me tendió su mano, y…
me dio cuatro perras.
Rue des Martyrs.
Y… me tendió su mano, y…
me dio cuatro perras.
Rue des Martyrs.
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