Puedo
sentarme a disfrutar el caos
la
porquería que me rodea
mi
basto reino de cosas por la mitad
colapsado
aquello que tenía la voluntad
de ser
hermoso
abatido
cuanto quise
sostener
sobre la fuerza de mi destrucción
y dejé
torcer hacia cualquier demencia
que por
ello me ofertara una derrota más grave
puedo
sentarme a disfrutar el caos
diría
que me he ganado ese derecho
lo
merezco.
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