miércoles, 16 de enero de 2019

JUAN SANCHÉZ PELAEZ

  


Persistencia



A Ella, (y en realidad sin ningún límite).Con holgura y
      placer.
A Ella, la víbora y la abeja: La desnudez preciosa.

A Ella, mi transparencia, mi incoherente arrullo, el rumor
      que sube en las raíces de mi lengua.

A Ella, cuando regreso de las inmensas naves que hay en
      el cuerpo huraño con un sol inmóvil.

A Ella, mi ritual de beber en su seno porque quiero
      comenzar algo, en alguna dirección.

A Ella, que abre el sobre de mis amuletos.

A Ella, que en la balanza anónima de la memoria y en las
      horas finales prolonga mi presencia real y mi presencia
      ilusoria sobre la tierra.

A Ella, que con una frase insomne divaga en el umbral
      de mis lámparas.

A Ella, a causa de un vocablo que me falta y a la vez
      usufructo de un breve viaje que podría revelarme.

-Duerme, pero la obra humana es el instante; al dormir
      se cierra con furor la gran jaula.

-Despierta, pero esboza en las márgenes de tus cejas el
      oro próximo del sueño.

-Revuélcate en la parálisis fuera del yo de los ciegos
      viajeros.

¡Adónde mi ninguna faz con años!

A Ella, los abismos que hay de mi amor a mi muerte
      cuando caiga a plomo sobre la tierra y en un lugar
      de señales desaparezca el sitio de mi ánima sola.


De: "Filiación oscura"


No hay comentarios:

Publicar un comentario