La patria
Esta
casa de espesas paredes coloniales
y
un patio de azaleas muy decimonónico
hace
varios siglos que se viene abajo.
Como
si nada las personas van y vienen
por
las habitaciones en ruina,
hacen
el amor, bailan, escriben cartas.
A
menudo silban balas o es tal vez el viento
que
silba a través del techo desfondado.
En
esta casa los vivos duermen con los muertos,
imitan
sus costumbres, repiten sus gestos
y
cuando cantan, cantan sus fracasos.
Todo
es ruina en esta casa,
están
en ruina el abrazo y la música,
el
destino, cada mañana, la risa son ruina;
las
lágrimas, el silencio, los sueños.
Las
ventanas muestran paisajes destruidos,
carne
y ceniza se confunden en las caras,
en
las bocas las palabras se revuelven con miedo.
En
esta casa todos estamos enterrados vivos.
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