Me quiero ir al mar de Francisco Icaza
Egipcio
zarpo; parto sin mesura
en
el silencio parco de mis años.
No
hay verdad ni temor, tampoco engaños
y
la casualidad es mi andadura.
Thot
escribe mi nombre en los extraños
pergaminos
de todo: empieza y dura
la
vida; sube y cesa la verdura
del
Nilo y vagan vagos los rebaños.
Arriba,
entre los soles de mi puerto,
amor
y soledad, ocaso y orto
caen
en el reloj de mi destino.
Pero
el destino sabe en mi ojo abierto
todos
los soles. Mientras, sigo absorto
en
la perplejidad de mi camino.
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