Dormiremos aquí
Dormiremos
aquí
donde
la hormiga
acumula
su sórdida riqueza.
Aquí,
donde el verano no se atreve
a
hincar la azada
ni
a plantar la flecha.
Aquí
donde el festón de las raíces
se
agazapa y enreda.
Dormiremos.
Donde
el agua inefable del invierno
se
filtra,
leve,
queda,
hasta
mojar los párpados
y
la sonrisa yerta.
Aquí,
taller
sombrío en que se forjan
las
cosechas.
Dormiremos
aquí.
Cerrad
la puerta.
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