Tumbas
Saldrán
de mis costillas las violetas,
hijas
mejores de mi propio fin.
Se
curará mi muerte en las raíces.
Se
apagarán las llamas de arboledas.
Yo
dormiré cantando en el silencio
del
camposanto que olvidó la gente.
-Es
una voz muy negra y muy lejana
que
a medianoche en el lugar se oye-,
dirá
el sepulturero a los amantes
que
orinan sobre tumbas descuidadas.
Si
hubiera yo sabido no naciera,
mas
ya que de una bruma fui nacida,
Dios
mío no me mandes a un destino
donde
hay mayor espanto todavía
que
en esta vida seria, pero perra,
y
apenas divertida si enloquece.
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