viernes, 25 de octubre de 2019

TADEUSZ RÓŻEWICZ




En la mitad de la vida



Después del fin del mundo
después de mi propia muerte
me encontré en la mitad de la vida
construyéndome
construyendo la vida
los seres los animales los paisajes
esto es una mesa —decía—
esto es una mesa
sobre la mesa pan y cuchillo
cuchillo para cortar pan
pan —alimento del hombre
al hombre hay que amarlo
—aprendía día y noche—
¿a quién debes amar?
yo contestaba: al hombre
esto es una ventana —decía—
esto es una ventana
detrás de la ventana hay un jardín
en el jardín veo un manzano
el manzano florece
pierde flores
se forman frutas
maduran
mi padre arranca una manzana
el hombre que arrancó la manzana
es mi padre
me senté en el umbral
esta anciana que pasa
arrastrando una cabra amarrada
vale más que siete maravillas del mundo
quien piensa y siente
lo contrario
asesina a la humanidad
esto es el hombre
árbol esto es
pan
los humanos comen para vivir
—me estaba repitiendo—
la vida humana es importante
la vida humana tiene peso
el peso de la vida
vale más que todas las cosas
creadas por los seres humanos
el hombre es un tesoro —insistía—


esto es agua —acariciaba
su superficie con las manos
dialogaba con el río
agua —decía—
agua buena
soy yo
el hombre le hablaba al agua
le hablaba a la luna
a las flores de la lluvia
a la tierra bajo sus pies
a los pájaros
y al cielo
no le contestaba el cielo
se quedó callada la tierra
si oyes una voz
brotando
de la tierra de los ríos del cielo
es una voz gemela
del otro


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