Asistir a un linchamiento
Ser
parte de ese gesto aparente de justicia domiciliaria
Ver
carne rosa explotar en primaveras frías
Configurar
las pequeñas uniones humanas
ahí
donde hay odio y sensualidad
paisaje
velado por los defectos del otro
Ser
la mano que grita meciendo el látigo
las
uñas y los dientes del cielo enloquecido
Redonda
su bóveda para que ruede el cántico rojo
y
llueva sobre nosotros
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