La tarde apenas
La
tarde apenas entra a la callada
casa,
con paso tímido que ignora
el
frío y la nostalgia de esta hora
nebulosa
que suena a madrugada.
Afuera
el viento anima la pesada
fronda,
pasan los autos, enamora
el
pájaro fundido a la sonora
ronda
de niños bajo la enramada.
Entre
el rumor cansado que la hermana
mueve
junto al hogar, papá ha callado
como
s entrarán los futuros días.
Hay
un ladrón que fuerza una ventana
abierta.
Ya no estás a nuestro lado,
mamá,
ni alzas tu luz, como solías.
agosto
de 1985
De: “Sonetos a Gelsomina”
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