jueves, 12 de marzo de 2020

JORGE CHIESA





18



Cada vez que paso por un pueblo como Vidal
me pregunto si realmente estaría dispuesto
a bajarme justo en ese sitio
y nunca llegar a destino.
Hacer de cuenta que yo también
soy pasajero en extinción,
pariente lejano del gran Wakefield.
Me pregunto si eso sería posible:
bajarse en un pueblo en medio de la nada,
en busca de casa, manta o piel,
donde envolverse y simplemente
desaparecer.


De: “Un invierno ruso”

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