sábado, 21 de marzo de 2020

RUBÉN BAREIRO SAGUIER





Para inventar los árboles



Porque ningún arbusto aún sobre la tierra
Ninguna yerba del campo había brotado
Hoy escribo tu apodo
Y escribo la sonrisa
Y verde
Y piedesnudo

Y de pronto el reverso lustroso de la vieja moneda
Bajo un cielo de yemas
Surge de entre sí el viento cansado
La eclosión presentida
Por la guitarra sola de la plaza
En la llovizna oscura de las ramas

El mensajero pájaro
Sobrevolando nubes de pizarra
Trae los rostros jóvenes
El violín renacido
La savia temblorosa
Los labios entreabiertos
Con camellos de cansado paso
Con voces infantiles
Con nidos aleteantes

Un río de hojas nuevas
Por las flautas del aire
Por el hilo dorado
Por la lluvia tiernísima
Ha bajado a la calle
Por la sangre surcada de comino y lavanda
Por las manos que estrenas
Por la primera espuma que te nace en los ojos
La mañana de golpe


De: “Biografía de ausente”


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