viernes, 18 de diciembre de 2020

JOSEP M. RODRÍGUEZ

 

 


 
VEINTISIETE DE ABRIL

 



El sol es un coágulo de sangre

que me lleva a pensar en Ferrater:

Menstrúa el día

y un semáforo en rojo nos impide pasar.

Esperamos.

La sangre tarda veintitrés segundos

en recorrer el cuerpo.

En algo más llegamos a tu casa.

Señalas un solar en construcción

y un camión que pasa a nuestro lado

no me ha dejado oír lo que decías.

Te sonrío.

                  Me coges de la mano.

Él sabía que el pulso es una opción:

¿O acaso decidir la propia muerte

no es un acto de fe

                                en uno mismo?

No te preocupes.

Soy demasiado joven para huir.

Y hoy prefiero tu casa,

los treinta y siete dulces horizontes

que la persiana deja

                                  sobre tu piel desnuda:

Son un paso de cebra hacia la vida.

 

 

 

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