domingo, 30 de mayo de 2021

ALFREDO HERRERA FLORES

 

 


Ítaca

 


Arrepentido, detenido frente a una lucerna extraviada,
viendo llover,
diciendo que lejano está
cualquier recuerdo que provoque silencio
y horror, esperando a que la inmortalidad me sorprenda,
decidiendo volver, partir.
Silencio mineral. Animal de campo abierto.
¿Cómo decir que nada espero? En Ítaca corro peligro,
fuera de Ítaca corro del peligro.
Cuando escampe el cielo derramará
colores sobre la cabeza de los traficantes,
partiré entonces con dirección desconocida
porque habré de escribir
por el resto de mis días para no morir.
Tengo miedo a morir
atravesado por una palabra errada y no poder pronunciarla.

 

De: “Causas naturales”

 

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