"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
Monedas
Engominado, pulcro, penetro en las iglesias altivamente cirio con mi cara de hostia dominguera.
Y me arrodillo, y me confieso, y me persigno, y regreso a la calle para comprar barquillos con monedas hurtadas al abuelo.
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