El
zarcillo
El
abuelo se hizo joven poniendo cercas
entre un campo y otro
entre dos casas
entre él y los otros
entre él y las mujeres del pueblo.
A veces era acorralado por muchachas espinas.
Él era bello y delicado cual zarcillo.
La abuela, una mujer tan segura
como una valla de esas que el abuelo fijaba
no lo dejó escapar.
Él, que siempre fue tan bueno juntando
postes en las cercas
no pudo mantener en pie su matrimonio.
Había levantado hacía sí su enredadera
semejante al zarcillo en la valla.
El abuelo, que dejó de poner cercas
limpió la suya.
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