Con los ojos muy abiertos
Pastor de cabras tu, lector voraz
escritor de versos y soldado
de orígenes humildes, un rapaz
luchador valiente y arrojado
Inmensa fue la obra que heredaste
Las Nanas de la Cebolla; inmortales.
Como un deber sagrado nos dejaste
perpetuar tu recuerdo en los chavales
Traspasaste las fronteras de la historia
a pesar del esfuerzo vil y asesino
de dictadura cruel y sanguinaria
que decidió por su cuenta tu destino
La mano negra y larga del tirano
desoyendo los pedidos y desvelos
te dejó morir enfermo y solitario
en fría celda, solo y sin consuelos
Desaparecer tu obra decidieron
eruditos sagaces y mendigos
del poder, que nacía vengativo.
Mas no supieron ver, ni nunca vieron
la gran solidaridad de los amigos
Último acto de rebeldes desconciertos
de un joven torturado, no vencido
fue el morir con los ojos muy abiertos
para mirar fijamente a su enemigo
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