martes, 8 de abril de 2025

NATALIA MARTÍNEZ CALDERÓN

 

  


¿Qué acabamos de ver?

 

 

1

 

El viento y la miopía son como decir:

niebla boira bruma humo.

No te veo, pero aparece tu mano y luego

tu abrazo y tu olor.

El centro de la ciudad siempre parece

desenfocado nebuloso lluvioso.

Imposible detenerse en una sola cara

lo suficiente. No veo bien desde hace días.

Anochece mientras intentas explicarme

las formas de tu dolor,

y tus ojos brillan. Parece que puedes verlo todo,

como si anticiparas el futuro.

¿Ya has visto cómo mi corazón está a punto de

caer en picada?

Te diré lo que pienso después del cine.

 

 

2

 

Entramos, nos ponemos las gafas,

el pasado las atraviesa

y nos chupa los ojos.

Un trance en el que las formas pasadas

del dolor nos empujan hasta

la parte trasera de nuestros sesos.

 

Las primeras imágenes del cine colombiano, sin sonido:

una mujer que frustra el suicidio de un hombre,

una mujer cuyo gesto de placer es igual al del dolor,

el espectro del primer amor que la persigue,

una fiesta en la que mujeres y hombres no han parado de bailar

desde 1922 hasta hoy (¿qué día es hoy?),

hombres que se dan la mano una vez tras otra,

actos pactos pactan.

El cine fundacional.

¿Desde entonces se firmó nuestra sentencia?

¿Allí fue donde conspiraron nuestro desconsuelo?

¿Qué despedida anticipaban estas imágenes?

 

El grano de la película se confunde con la lluvia:

el centro de la ciudad condenado, desde entonces,

a llover

es como decir: niebla transparente

es como decir:

 

 

3

 

La luz me marea, me acomodo las gafas.

Pienso que asumes que lloro.

Yo no lloro, tú lloras.

¿Desde cuándo lloramos?

¿Cómo se puede amar en este estado?

El gesto de amargura de esas mujeres

se repite en mí, ¿cuántas veces?

Sus ojos son los míos:

negros nublosos opacos.

¿Los tuyos son los de ellos?

Salimos y me haces fijarme en los fantasmas.

Uno de ellos nos ronda,

nos invita a un espacio sin tiempo.

Tus ojos no son los de un fantasma:

se posan en todas las cosas

como si estuviéramos más vivos que nunca.

 

 

4

 

Lo primero fue la despedida.

¿Qué significa estar viendo estas

imágenes espectrales a tu lado,

después de que me has hablado de tu dolor?

El fin de nuestro amor ya estaba representado

en las primeras imágenes del cine colombiano.

Nuestro amor no empezó nunca.

 

Un viaje en el tiempo, absurdo,

para despedirnos en el pasado y que en el presente

sea como si nunca nos hubiéramos encontrado:

el argumento perfecto para esta comedia romántica

de fantasmas. Pero no:

al final de la noche, cerramos los ojos juntos.

Qué acabamos de ver, preguntas.

Crees que lloro por:

Y yo lloro por:

Crees que te culpo por:

¿Podemos amarnos o,

como en el poema de Arango,

la muerte burlona se cuela

entre nuestras pieles?

Aún así, acá estoy tocándote el pecho

y tú a mí. Nuestras sombras se mueven

en algún lugar futuro de la habitación:

allá se aman, o se amaron,

con los ojos cerrados

proyectando sobre los párpados

luz.

 

 

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