viernes, 30 de mayo de 2014

ISOLDA HURTADO


 

Florece el naranjo

 

Es hora de prolongar el ritmo donde reposas silencio

crear vértigos
                      tal vez el horror
afilar la ironía
                                            morirme de risa de mí misma
acariciar los bordes del mutismo a pura palabra.

                    Al sol lo oculta su luz cada amanecer
en el tiempo mi espacio se agranda o disminuye
                                           y mi amor enloquece.

Las palmeras se agitan altas tras su fondo verde
las hormigas en fila disponen bajitas
faenas largas en corta vida     
mas ni alta ni larga es mi espera.

Al labrar la tierra perfilan un sabor agridulce ciertos frutos. Sí.
Así las horas pálidas de espanto me enternecen
hasta explayar mis ansias sobre las avenidas
donde posa la tristeza.

Allí donde todo es mío y nada tengo
florece el naranjo
cuando el polvo barre la tarde.
 

De: Florece el naranjo



 

 

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