sábado, 2 de julio de 2016

JUAN LOZANO Y LOZANO




Amanecer



Rosa ha tenido un vértigo, un incierto
malestar, un temblor desconocido,
y ella, para explicar, se ha referido
a un hartazgo de frutas en el huerto.

Pero algo siente en su anterior despierto
que trece abriles pareció dormido,
y nebulosamente ha colegido
que algo nace en su ser, y que algo ha muerto.

Cierra a llave la alcoba confidente,
y temerosa y deleitosamente
delante del espejo se desnuda.

Luego siente rubor, y, remordida,
en la noche más bella de su vida,
rompe a llorar, inconsolable y muda.



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