Sepulcro de una muchacha joven
Lo recordamos todavía. Es como si todo esto
tuviera que ser una vez más.
Lo recordamos todavía. Es como si todo esto
tuviera que ser una vez más.
Como
un árbol en la costa de los limones
llevabas tus pequeños pechos leves
hacia adentro del murmullo de su sangre
de aquel dios.
llevabas tus pequeños pechos leves
hacia adentro del murmullo de su sangre
de aquel dios.
Y era
tan esbelto
fugitivo, el que mima a las mujeres.
fugitivo, el que mima a las mujeres.
Dulce
y ardiente, cálido como tu pensamiento,
cubriendo con su sombra tu flanco juvenil
e inclinado como tus cejas.
cubriendo con su sombra tu flanco juvenil
e inclinado como tus cejas.
Versión de Jaime Ferrero Alemparte
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