A:
Gussy
Gussy
Impulsas
tu lengua blanda y metálica
rompiendo la cerradura de mi boca.
Tu lengua, la llave.
Mi boca, la puerta.
rompiendo la cerradura de mi boca.
Tu lengua, la llave.
Mi boca, la puerta.
Nazco
en el ápice de tu órgano
que me transita los labios
queriendo encontrar el camino.
que me transita los labios
queriendo encontrar el camino.
Los
succionas dentro de ti;
te abrazas a ellos para estudiar meticulosamente cada borde,
los halas, los muerdes, los chupas, los mojas.
Y para entonces sabes que me he rendido,
ya soy una casa que necesita ser habitada.
Y tú, el huésped suicida
que busca siempre morir en mí.
te abrazas a ellos para estudiar meticulosamente cada borde,
los halas, los muerdes, los chupas, los mojas.
Y para entonces sabes que me he rendido,
ya soy una casa que necesita ser habitada.
Y tú, el huésped suicida
que busca siempre morir en mí.
Tu
lengua baja como una cascada
que se rompe entre dos rocas,
las envuelves en tus manos,
para que no se ablanden,
la empuñas, las dibujas, las hundes,
eres el sediento que se sacia en mi seno.
que se rompe entre dos rocas,
las envuelves en tus manos,
para que no se ablanden,
la empuñas, las dibujas, las hundes,
eres el sediento que se sacia en mi seno.
Sigues
cayendo cuesta abajo.
Exploras mi abdomen blando y montañoso
con tus dientes afilados de deseos
lo arañas, lo acaricias, lo escarbas.
Exploras mi abdomen blando y montañoso
con tus dientes afilados de deseos
lo arañas, lo acaricias, lo escarbas.
Yo te
digo
¡Ven! Entra y habítame.
Siente mi carne blanda,
lléname el vacío.
¡Ven! Entra y habítame.
Siente mi carne blanda,
lléname el vacío.
Y tú te
ciñes a mis piernas
y te internas en tu hogar.
Colmas mi útero de sublimidad.
Entras y sales para morir de a poco,
te meces para que la casa sea derribada.
y te internas en tu hogar.
Colmas mi útero de sublimidad.
Entras y sales para morir de a poco,
te meces para que la casa sea derribada.
Eres el
navegante, el huésped moribundo.
Me anclo a tu nuca para morir contigo.
Y ambos sin palabras
cantamos la sonata de invierno,
y morimos entre cuatro brazos.
Me anclo a tu nuca para morir contigo.
Y ambos sin palabras
cantamos la sonata de invierno,
y morimos entre cuatro brazos.
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