III
¿Dónde
está el escondite del pasado?
¿Dónde
han quedado
las
mejores cosas de mi vida?
El
salero de cristal de la mesa de mi infancia,
mi gata
Grisetta,
el
perpetuo asombro que solía
agrandar
mis ojos,
el
sabor de aquel pan remoto
el
perfume de violetas robado
a la
solitaria hora de la siesta,
el
entierro de pájaros y escarabajos
con
cruce de palitos,
el
nunca saber qué cosas son el frio y el calor
permanente
desvelo de la abuela Raquel
que
ahora yace nivelada a la tierra,
saldada
al fin su deuda
con el
eterno polvo insoslayable.
El
banco del jardín en unas casa
donde
vivieron otros tantos niños que fui
Donde
habré perdido aquella aduendada alegría
que
brotaba ante minúsculos hallazgos
(lejana
argollita de metal herrumbrado
que
probé en cada dedo…
maravilloso
anillo!)
¿Dónde
estará el escondite del pasado?
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