lunes, 5 de noviembre de 2018

TOMÁS HARRIS





Mar de los peces rojos



Me pararon al frente, me dijeron
Habla
Y hablé.
Me pararon al frente, me dijeron
Desnúdate
Y me desnudé.
Me pararon al frente, me dijeron
Órnate
Y me incrusté oropel, pedrerías,
Oro falso
En el cuero.
(Aplausos)
No sufrí apremios físicos, debo decirlo,
Pero me rodeaba la muerte.
La noche, esa noche, era primordial.
Había calles angostas,
Pasos, gritos,
Cuerpos.
Los puntos cardinales estaban perdidos.
Yo estaba perdido, en un sueño, en una película.
La noche en Rumble Fisch.
El mundo era un círculo en blanco y negro
Despoblado por fantasmas
Habitado por dos peces rojos
Devorando s reflejo
a falta de víctima.
Todo esto era circular y referido por la muerte;
El mundo era circular, en blanco y negro, habitado
Por dos peces rojos devorando su reflejo.
Todo transcurría en el teatro o en el cine.
Todo transcurría en la calle o en un sueño.
Los puntos cardinales se habían perdido
Y el vértigo de la velocidad entraba por los ojos,
Por los poros,
Yo estaba poseído por efectos especiales.
La ciudad era un mar en penumbras,
Blanco y negro,
Dos peces rojos.
Devoraban sus reflejos.
Yo era un pez, Almirante, y la muerte
Otro pez.



No hay comentarios:

Publicar un comentario