Encuentro con el Buda
Venía
yo por la calle -la de Madero-
cuando
un viandante pasajero
invisible
como espectro
me
tomó con dos manos por el cuello.
“Ese
caminar apagado -hermano-
es
una metáfora de lo trágico.
Tú
vives del caos -del pánico-
y
en esta vida no hay tiempo
de
jugar al cuerdo o al pragmático
¡Déjate
ya de cuentos y teatros!
No
seas solo un hombre -sé humano-.”
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