miércoles, 12 de mayo de 2021

MELISSA OLIVARES

 

 

 

3. A Roland Barthes

 


Hay una teoría a la deriva

una creación en el limbo

que podría ser la búsqueda del equilibrio

Existe una recreación de la burla

una sospecha de más en el zapato

que se camufla en el pensamiento

para no ser tonto, para no dejar huella

Una fotografía del ángulo que condensa todos los demás ángulos

sin ser escritor

Un raspado en la revelación

Un llanto no imaginativo, ni solitario

sino uno compartido, como si por fin el lenguaje condensara

y no nos separara como siempre

vendiéndonos la mentira de la unión

ofertándonos la otra de ser un babel a punto de ser sentenciado

Hay un signo detrás del otro signo

y detrás del otro signo hay otro sentido

donde la imagen y la lengua no se comparan

donde la luz y el tono no son hermanos

Hay algo que condensa todo

Por ahí caminabas, ¿verdad?

Un caballo tras otro caballo enarcando las piernas

porque sí puedo decir que las piernas se enarcan

desde que entendiste que el lenguaje se hacía de traidores

¿por ahí cruzabas?

En el -0 y no en el -1

porque la convención hace mucho que se rompió

Porque el auto-referirnos es no referirnos al infinito

vacíos, sedados, sin entender la diferencia de qué es una vereda y una autopista

Y cruzaste muy rápido buscando el sentido primario, el fuego sin castigo de Dios

porque ya no le importa, porque estoy entre dos sillas

sin poder juntar los hemisferios,

adelgazando cada cubierta

de piamadre y duramadre

Y los padres de todo esto no terminaron el trabajo

porque no había un término ni un terminar

Entonces el consuelo es no ser la enfermedad solitaria

como si todos dijeran que mientes

que aquí es de amigos

que aquí todo se une

y no es verdad, ¿si, Barthes?

Es solo una crítica de escuela

que ha matado al pensamiento y ahora este vuela como una cometa perdida

sin niños, o con todos los niños, pero no Uno

A lo lejos la cometa se vuelve un papel, casi un texto, viene una garza

la picotea hasta partirla en dos

Suenan guitarras y clavicordios a la vez

cae la tinta, todo es simbólico

como decías

Yo solo especto, y es que me supera

Veo a tus amigos venir

esos que también lo sabían

esos que ponían flechitas y barras, así el consenso ya no nos comería

Veo caer acuarelas, hay un charco de colores

que no define mi lengua ni la tuya ni ninguna

es la esencia, la veo venir

mientras tú caes a la diferencia entre la pista y la vereda

y yo no tengo nombre para eso

Solo es el charco que explotó o quizá salió de ti

Y heme aquí de nuevo entre dos sillas exigiéndote que me resuelvas

con lo que yo no doy ni puedo,

Porque hubo un día y un único grupo

en el que creí y confié que me salvaría…

Hay una acuarela que se desliza por todo tu saco

No sé definirla, no eres tú, ni yo ni nadie ni nada

Está más allá

 

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