domingo, 6 de abril de 2025

IVÁN URIARTE

 

 

 

La puerta anterior

 



Instalada antes del tiempo se recuadraba su imagen a la salida del paraíso, aguardando a la pareja solitaria que la transgredió con su sombra rumbo al desconocido mundo. Inalterable se ha mantenido, crecida desmesuradamente ante nuestros ojos.

Buscando la puerta de entrada al recinto ancestral se nos pasa la vida sin nunca llegar a es altura, resplandecida, llameante desde antaño. Frente al agonizante mundo donde las especies han perdido su ciclo y los árboles cuelgan de sus raíces como hendiduras en el cielo, yacemos esperando. Damos vueltas, en revoloteo de aves frente al ausente nido. Memorial tiempo incinera nuestros pasos alrededor sin encontrar ni señales, ni signos. La primera puerta, nos decimos, ha de ser la última, que es, que será esa que precisamente tendremos que franquear en el aciago, inesperado día de nuestra condena.

 

 

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