Breve
guía para comprender a un inmigrante
Pueden
causarte molestias sus acentos,
su
forma distinta de llamar a las cosas
o
algún comportamiento que no comprendes.
Cuando
esto ocurra,
emprende
un viaje a un país,
dejándolo
todo:
hijos,
esposa, amantes, amigos y la sangre regada en la cuna donde jugaste.
Recibe
sobrenombres, malas miradas, aprende a ser el último en la fila.
A
comprender que por un tiempo no existirás en las estadísticas del país,
a
tartamudear otro idioma y buscar trabajo en las sombras de calles sin nombres.
Piérdete
en los buses y trenes que no se detienen a tu confuso llamado,
conversa
con tu estómago y explícale que el pago llegará el fin de semana.
Aprende
a ser mentiroso con tu familia y decirle que estás bien cuando los llames para
darles el código de la remesa de la Western Union.
Conoce
el olvido de viejas amistades y cómo persignarte por cada uno de tus familiares
que mueren en tu ausencia.
Acostúmbrate
a ser animal en cautiverio en una jungla de rascacielos.
Así
descubrirás lo mágico y loco que es ser uno de ellos.
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