¿Y
si nos equivocamos al huir?
Si ya estamos aquí
vamos a dejarnos anegar
por el espanto.
Yo creo, Madre,
que si nos sale por los ojos
ya no querrá jugar con nosotras.
Dicen,
que le divierte el desconcierto,
que si cedemos al frío
el olvido soplará desde el interior.
Respirarás tú,
respiraré yo
y la Montaña
velará por nosotras.
De: “Un
silencio blanco”
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