Zapatos
nuevos
No
bailaré la danza del demonio
con
estos zapatos que dejó mi madre
en la
repisa,
aderezados
y limpios, antes de que yo naciera,
destellando
claridades rojas
que
las brujas codician. No usaré
sus
sandalias, rancias, ajustadas
al
tobillo de la muerte,
ni
las botas de cuero de buey ni las calcetas grises
olorosas
a lejía.
Yo
tejeré mi alpargata
hilo
a hilo
caracol
de mar y azogue
ensortijado
en luces –blanca estridencia–
mientras
la Luna baja
retozando
como
armiño en mi cadera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario