Ontológica
de John Donne
Inventamos
la taxidermia.
Busca en la cabeza del ciervo
restos de nuestra cabeza.
Ella nos juzga, es autofagia.
¿De qué sirvió elevar palabras a los altares?
Amar al prójimo como a ti mismo,
sin profundizar en su etimología,
sin saltarse el próximo átomo.
Inscribe en el ladrillo de tu templo:
Quien blasfema contra John Donne
rompe la utopía de nuestros hijos.
Ignorantes de que la eternidad
es un devenir biodegradable,
sometimos a Morfeo a una píldora.
Solo bajo su cielo de mármol,
los abuelos nos recuerdan:
No asfixies la semilla,
hay sabiduría en su perfume.
Somos la energía que transmigra.
También el cansancio de los pingüinos
y el cabujón en la cabeza disecada.
Hoy la palabra cardumen
es más rara que un anzuelo.
De: “Omisión del ángel”
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