lunes, 5 de enero de 2015

JORGE LUIS BORGES

 


II
 

Me pesan los ejércitos de Atila,
las lanzas del desierto y las murallas
de Nínive, ahora polvo; las batallas
y la gota del tiempo que vacila

y cae en la clepsidra silenciosa
y el árbol secular donde clavada
por Odín fue la hoja de la espada
y cada rosa y cada primavera

de Nishapur. Me abruman las auroras
que son y fueron los ponientes,
el amor y Tiresias y las serpientes

las noches y los días y las horas.
gravitan sobre la sombra que soy.
La carga del pasado es infinita.

 

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