jueves, 11 de septiembre de 2025

NELSON ROMERO GUZMÁN

 

 

Gourmet

 

 

Hay cosas que a veces me obligan a desaparecer.
Por ejemplo, el deseo de comer gente
Hace que me meta hasta el centro de las multitudes
Y al rato la multitud
Casi que ha desaparecido por completo.
Sólo dejo por fuera algunas personas de mal sabor
No aptas para una buena culinaria
Y en completo desprestigio para el paladar
De un buen cocinero
Que desaparece de sus asuntos personales
Para lanzarse a la calle con su cuchillo
Y entrar a la multitud,
Como lo viene haciendo hace años
Cuando descubrió en su oficio
Que la carne de cerdo ya no es tan grata a los paladares
Como otros cortes superiores.
Por estos días han desparecido muchas personas
Y los restaurantes están repletos.
Esta fama me ha convertido en un hombre virtuoso,
En el cocinero perfecto,
Experto en una carne superior al cerdo.
Sobre los desaparecidos se dice poco,
Están bajo una capa de silencio casi obligado.
Mi traje blanco de cocinero no delata sospechas
Entre los comensales, y a la hora de preparar las carnes
Soy más ángel que asesino.
No despierto ninguna sospecha
Entre los miembros del cuerpo de seguridad del Estado
Que en las horas más lúgubres llenan el restaurante.
Mis comensales preferidos no sospecharán
De un ángel con un cuchillo
En un restaurante.

 

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