jueves, 19 de diciembre de 2019

JORGE ENRIQUE ADOUM





El hombre de mi tiempo en el "Café de la Gare"



"Más de 200 en una operación de limpieza."
Y también un conocido, inocentemente
carpintero, Cáceres por más señas,
y es por él por quien sufro esta vergüenza
de no poder soportar más de un muerto
cada vez, como si fuera mucho.
Los demás
tienen otros asuntos: una siciliana de 15 años
dio a luz un hijo de su tía, los trajes
serán más cortos este invierno, los Beatles
actuarán en el Olympia.
Esto
y nosotros somos mi tiempo. Ese que se mide
de igual a igual con el vino y le hace trampa,
ese que muerde su sandwich como si la guerra
fuera ajena o fuera a durar toda la vida,
son familia, son prójimo y hasta hubiéramos podido
ser amigos, pero cada uno anda con su silencio
lleno de otras cosas, de otros números, y uno
se queda íngrimo con sus recuerdos tabulados
o a lo más con la velluda de Argelia, y pone
una moneda en el teléfono, pero está ocupado,
hablablablan, te empujan, discuten, no comprendes
y sin embargo aún te queda una ternura
testaruda, por ejemplo, ir a orinar,
poniendo una moneda: la vieja capellana
del retrete vive de eso, y quisiera
ayudarle a vivir con mi vejiga.
Huelo
a la camarera íntegra en su axila, "servicio
no incluido, a juicio de los clientes", o sea
el mínimo, 10%, o sea que es varicosa y fea.

Europeamente solo, milnovecientos—
sesentaysietemente solo, alguien pone
una moneda en el billar eléctrico, juega
con nadie y otras veces gana. Día de suerte
para Capricornio: el 20.
Pongo una moneda
y cae una canción que me envejece: "La araña
peluda pasa bajo el Arco del Triunfo."

Es hora de cerrar, casi una venganza.

(Rosaura se estará atisbando, como siempre,
la perversidad del tiempo en las nalgas.)


De: “Curriculum mortis”


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