miércoles, 17 de julio de 2013

RAFAEL DE LEÓN





Centinela de amor



Te puse tras la tapia de mi frente
para tenerte así mejor guardado,
y te velé, ay, amor diariamente
con bayoneta y casco de soldado.

Te quise tanto, tanto, que la gente
me señalaba igual que a un apestado;
pero qué feliz era sobre el puente
de tu amor, oh mi río desbordado.

Un día, me dijiste: - No te quiero...-;
y mi tapia de vidrios y de acero
a tu voz vino al suelo en un escombro.


La saliva en mi boca se hizo nieve,
y me morí como un jacinto breve
apoyado en la rosa de tu hombro.
  

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