sábado, 3 de agosto de 2013

JUAN BAÑUELOS




Para el fin del tiempo


Que ya es tarde. Y más bien estamos muertos.
¿Qué haces, entonces, dime, y a qué vienes?

(Ya habrás mordido el día, como el perro
muerde a oscuras el nombre de los meses.)

No vengas más. No necesito a nadie
que pisotee mi sombra y tenga al llanto
de pie en mi puerta, oyéndome la sangre.

¡Qué no bebí! Amor y muerte a tragos.

Tú lo sabes. Soy un ayer de astillas
clavado en este humo que levanta
mi raza de fantasmas y cenizas.

No preguntes por mí. Cercena para
siempre tu corazón y el mío. Déjalos
como el día y la noche del olvido.


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