lunes, 24 de noviembre de 2014

JOSÉ MARÍA EGUREN




 

Los nevados muertos,
Bajo triste cielo,
Van por la avenida
Doliente que nunca termina.

Van con mustias formas
Entre las auras silenciosas:
Y de la muerte dan el frío
A sauces y lirios.

Lentos brillan blancos
Por el camino desolado;
Y añoran las fiestas del día
Y los amores de la vida.

Al caminar, los muertos una
Esperanza buscan:
Y miran sólo la guadaña,
La triste sombra ensimismada.

En yerma noche de las brumas
Y en el penar y la pavura,
Van los lejanos caminantes
Por la avenida interminable.

 

 

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