viernes, 28 de noviembre de 2014

WASHINGTON DELGADO


 
Los pensamientos puros

 

Señor rentista, señor funcionario,
señor terrateniente,
señor coronel de artillería,
el hombre es inmortal:
vosotros sois mortales.
Es curioso como la podredumbre
se adelanta a veces al cadáver.
Soportad vuestro olor, mostradlo
si queréis, poquito a poco.
Pero no habléis.
Señores, enseñad el trasero,
pero no lloréis nunca,
cierta decencia es necesaria.
en las alas blancas
y en la música de las arpas
dulcemente tocadas
por vuestras dulces manos.
Pensad en vuestros libros de lectura, en las viudas
        tísicas y abandonadas que ayudaréis con una
        trompeta de oro.
Pensad en vuestros billetes, en los veranos junto
        al mar, en la mucama rubia, en el amante
        moreno, en los pobre que besaréis en la otra
        vida, en las distancias terrestres, en los cielos
        de almíbar.
Pensad en todo,
vuestros días sobre la tierra no serán numerosos.

 

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