Viendo el Amor un día
Viendo
el Amor un día
que mil lindas zagalas
huían de él medrosas
por mirarle con armas,
dicen que de picado
les juró la venganza
y una burla les hizo,
como suya, extremada.
Tornose
en mariposa,
los bracitos en alas
y los pies ternezuelos
en patitas doradas.
¡Oh!
¡qué bien que parece!
¡Oh! ¡qué suelto que vaga,
y ante el sol hace alarde
de su púrpura y nácar!
Ya
en el valle se pierde,
ya en una flor se para,
ya otra besa festivo,
y otra ronda y halaga.
Las
zagalas, al verle,
por sus vuelos y gracia
mariposa le juzgan
y en seguirle no tardan.
Una
a cogerle llega,
y él la burla y se escapa;
otra en pos va corriendo,
y otra simple le llama,
despertando
el bullicio
de tan loca algazara
en sus pechos incautos
la ternura más grata.
Ya
que juntas las mira,
dando alegres risadas
súbito amor se muestra
y a todas las abrasa.
Mas
las alas ligeras
en los hombros por gala
se guardó el fementido,
y así a todas alcanza.
También
de mariposa
le quedó la inconstancia:
llega, hiere, y de un pecho
a herir otro se pasa.
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