miércoles, 19 de junio de 2013

MIJAIL LAMAS




Fundación de la casa


XVIII

Te propongo que hagamos del amor cosa sencilla.
Pensemos que debe adquirir una abierta disposición a obedecer.
Será necesario acariciarle el lomo,
para que aprenda de sus dueños la suavidad del tacto.
Dejémosle tranquilo andar por nuestra casa.
Tengamos fe.
Pero no olvidemos su condición de perro,
siempre muerde la mano que lo alimenta.

Él es quien nos cuida,
quien guarda con esmero nuestra casa.
Prisioneros de nuestra propia bestia,
vivamos temerosos de abandonar su rabia.



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