sábado, 12 de julio de 2014

LUIS PALÉS MATOS



 

El reloj

 
 
Con una incontrastable isocronía
Canta el reloj las horas que transcurren,
Y cual gnomos, por su armazonería,
Como suspiros, rápidas, se escurren.

Quizá el tedio lo mata, y a porfía
Las dos agujas del reloj, se aburren,
De estar marca que marca todo el día,
Arcano idioma que ellas no discurren.

Mirado desde lejos, tiene aspecto
Extraño y mitológico, de insecto
Que ye correr la vida, indiferente;

Y el péndulo, una lengua centelleante,
Hiperbólicamente jadeante
Que se mofa del tiempo eternamente.

 

 

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