¡El
trigo verde en una tierra que todavía no ha sudado, que no ha hecho más que
tiritar! A distancia feliz de los soles precipitados de los fines de la vida.
Rasante bajo la larga noche. Saciado de agua encima de su luminoso color. Como
guardia y viático dos puñales de cabecera: la alondra, el pájaro que se posa,
el cuervo, el espíritu que se graba.
Versión de Jorge
Riechmann
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