Carta a un poeta
A
Aimé Césaire
¡Para
el Hermano amado y para el amigo, mi saludo tosco
y
fraternal!
Las
gaviotas negras, los navegantes de los grandes ríos
han
hecho que goce de tus noticias
Mezcladas
con especies, con ruidos olorosos de los Ríos
del
Sur y de las Islas.
Ellos
me han hablado de tu confianza, de la eminencia de
tu
frente y de la flor de tus labios sutiles
Que
te hacen, tus discípulos, columna de silencio, una
rueda
de pavo real
Que
se eleva hasta la luna, tú resistes su celo alterado
y
jadeante.
¿Es
acaso tu perfume de frutas fabulosas o tu estela de
luz
en pleno medio día?
¡Cuántas
mujeres con piel de zapotillo en el harem de tu
espíritu!
Mi
encanto más allá de los años, bajo la ceniza de tus
párpados
La
brasa ardiente, tu música hacia la que tendemos
nuestras
manos y nuestros corazones de antaño.
¿Habrás
olvidado tu nobleza, que es el canto
A
los Ancestros, Los Príncipes y los Dioses, que no son
ni
flor ni gotas de rocío?
Debiste
ofrecer a los Espíritus los frutos blancos
de
tu jardín
Tú
no comes sino la flor, recolectada el mismo año
del
fino mijo
Y
no hurtas ni un pétalo para perfumar tu boca.
En
el fondo del pozo de mi memoria, toco
Tu
rostro de donde saco el agua que refresca mi gran
aflicción.
Te
diluyes con aristocracia, acodado en la cima de una
colina
clara,
Tu
lecho oprime la tierra que dulcemente castiga.
Los
tam-tam, en las llanuras ahogadas, marcan el ritmo,
tu
canto, y tu verso es la respiración de la noche
y
del mar lejano.
Tú
cantaste a los Ancestros y a los Príncipes legítimos
Tú
cogiste una estrella del firmamento para la rima
Rítmica
a contratiempo; y los pobres a tus pies desnudos
arrojaron
las esteras con la ganancia de un año
Y
las mujeres a tus pies desnudos, su corazón de ámbar
y
la danza de sus almas desolladas.
Mi
amigo, mi amigo —¡Oh, regresarás, regresarás!
Yo
te esperaré — mensaje confiado al capitán del cúter
bajo
el Kaicedrat.*
Tú
regresarás para el festín de las primicias. Cuando
humee
sobre los techos la dulzura del atardecer al
declinar
el sol,
Y
paseen los atletas su juventud, adornada como los novios,
conviene
que allí estés.
* Árbol de la familia de las
acacias.
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