Girando
en círculos
con los ojos vendados:
pero
lo que buscáis
no está nunca allí,
lo que buscáis
está en esas canciones
que entran
por una pequeña oreja
salen
por una pequeña boca
entran
por otra oreja y
salen por otra boca
haciendo moverse
a un ritmo único
los millones de brazos,
los millones de combas,
los millones de palmas
y de corros.
Esas
son ¡ay, ay!,
lairón, lairón,
las palabritas
que os vienen
de los muertos.
Ellas no
son la forma
del amor,
no, son la forma
de su reconocimiento.
De:
“La parte blanda”
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