Presentimiento
Tengo
el presentimiento que he de vivir muy poco.
Esta
cabeza mía se parece al crisol,
purifica
y consume,
pero
sin una queja, sin asomo de horror.
Para
acabarme quiero que una tarde sin nubes,
bajo
el límpido sol
nazca
de un gran jazmín una víbora blanca
que
dulce, dulcemente, me pique el corazón.
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